Crítica:
Regreso de un ausente
- Autor:
Roberto Piorno
- Fecha:
Lo mejor:
El regreso del mejor August
Lo peor:
Algunos clichés de drama de familia disfuncional
Valoración GDO
Valoración usuarios
- Género: Drama
- Fecha de estreno: 04/09/2015
- Director:
Bille August
- Actores:
Ghita Nørby (Esther), Morten Grunwald (Poul), Paprika Steen (Heidi), Danica Curcic (Sanne), Jens Albinus (Michael), Pilou Asbæk (Dennis), Vigga Bro (Lisbeth)
- Nacionalidad y año de producción:
Dinamarca,
2014
- Calificación: No recomendada menores de 12 años
Extraviado entre los pliegues del más inane de los academicismos, en la opacidad del dramón televisivo de vocación, que no de condición,
Bille August lleva cantidad de años desfigurándose a sí mismo, empeñado en probar que Las mejores intenciones fueron un espejismo pasajero, un golpe de suerte y un zarpazo de Bergman (autor del guion), que no suyo. Al fin, ni se sabe cuánto tiempo después, cuando ya le dábamos razonablemente por perdido, el director danés vuelve a hacer, era hora, una película con sentido.
Corazón silencioso es un dramón de distancias cortas, de desgarros sentimentales a quemarropa desplegados con calidez y sin demasiado artificio. Cine que habla, no tanto de lo que significa morir fuera de tiempo, que también, aunque sin didactismos de perogrullo, cuanto de lo que en el fondo significa estar vivo; que orbita alrededor de una decisión imposible, de una despedida crítica alrededor de una última cena con tintes ritualísticos en la que una familia se refunda sobre los cimientos de una trágica ausencia (inminente), que afina una catarsis de grupo desde el dolor y la estoica aceptación de la pérdida del ser querido.
Lo nuevo de August elude con cintura el riesgo de convertirse en una película sobre la eutanasia, un melodrama sacarinado sobre la muerte asistida, un telefilme de lujo, en definitiva, y eso es mérito de un August irreconocible, que esta vez sí maneja con aplomo las riendas de la tragedia sin manipularla. En realidad estamos en los alrededores del universo emocional de la monumental
Amour de Haneke, cuyo eco se escucha mediante un acto de amor sublime que se manifiesta, también aquí, a través de la muerte.
Pero August reubica la disyuntiva, afortunadamente desnuda de connotación moral o juicio ético, entre las convenciones (a ratos un tanto rígidas y de librillo, todo hay que decirlo) de un drama familiar de manual, de catarsis colectiva alrededor de la tragedia común.
Corazón silencioso trata cuestiones espinosas con sutileza y mucha verdad, desglosando cortocircuitos familiares de manual, pero con sensibilidad y tiento. Si a todo ello añades que el reparto está de ovación y vuelta al ruedo, sobran motivos para reconciliarse con August demasiadas décadas después. Al fin el director danés ha reencontrado la mejor versión de sí mismo.
- Autor: Roberto Piorno
- Fecha:

Lo mejor:
El regreso del mejor August
Lo peor:
Algunos clichés de drama de familia disfuncional
Valoración usuarios
- Género: Drama
- Fecha de estreno: 04/09/2015
- Director: Bille August
- Actores: Ghita Nørby (Esther), Morten Grunwald (Poul), Paprika Steen (Heidi), Danica Curcic (Sanne), Jens Albinus (Michael), Pilou Asbæk (Dennis), Vigga Bro (Lisbeth)
- Nacionalidad y año de producción: Dinamarca, 2014
- Calificación: No recomendada menores de 12 años
Extraviado entre los pliegues del más inane de los academicismos, en la opacidad del dramón televisivo de vocación, que no de condición, Bille August lleva cantidad de años desfigurándose a sí mismo, empeñado en probar que Las mejores intenciones fueron un espejismo pasajero, un golpe de suerte y un zarpazo de Bergman (autor del guion), que no suyo. Al fin, ni se sabe cuánto tiempo después, cuando ya le dábamos razonablemente por perdido, el director danés vuelve a hacer, era hora, una película con sentido. Corazón silencioso es un dramón de distancias cortas, de desgarros sentimentales a quemarropa desplegados con calidez y sin demasiado artificio. Cine que habla, no tanto de lo que significa morir fuera de tiempo, que también, aunque sin didactismos de perogrullo, cuanto de lo que en el fondo significa estar vivo; que orbita alrededor de una decisión imposible, de una despedida crítica alrededor de una última cena con tintes ritualísticos en la que una familia se refunda sobre los cimientos de una trágica ausencia (inminente), que afina una catarsis de grupo desde el dolor y la estoica aceptación de la pérdida del ser querido.
Lo nuevo de August elude con cintura el riesgo de convertirse en una película sobre la eutanasia, un melodrama sacarinado sobre la muerte asistida, un telefilme de lujo, en definitiva, y eso es mérito de un August irreconocible, que esta vez sí maneja con aplomo las riendas de la tragedia sin manipularla. En realidad estamos en los alrededores del universo emocional de la monumental Amour de Haneke, cuyo eco se escucha mediante un acto de amor sublime que se manifiesta, también aquí, a través de la muerte.
Pero August reubica la disyuntiva, afortunadamente desnuda de connotación moral o juicio ético, entre las convenciones (a ratos un tanto rígidas y de librillo, todo hay que decirlo) de un drama familiar de manual, de catarsis colectiva alrededor de la tragedia común. Corazón silencioso trata cuestiones espinosas con sutileza y mucha verdad, desglosando cortocircuitos familiares de manual, pero con sensibilidad y tiento. Si a todo ello añades que el reparto está de ovación y vuelta al ruedo, sobran motivos para reconciliarse con August demasiadas décadas después. Al fin el director danés ha reencontrado la mejor versión de sí mismo.