Es conveniente leer la sinopsis de "Ex-Posados" para hacerse una idea de que es cine con pretensiones cómicas. Lo digo porque en frente de la película hay que hacer esfuerzos titánicos para descubrirle la gracia y las cosquillas, para comulgar con su el infumable esquema de sus intrincados enredos y para, precisamente, evitar reír por no llorar asustados ante la que merece ser etiquetada como una de las peores comedias del curso cinematográfico.

Andy Tenant, señor de curriculum ciertamente no propicio para dedicarle una tesis, conoce bien sus limitaciones detrás de la cámara y, no menos importante, las carencias de lucidez y sentido común de un guión indefendible. Por ese motivo "Ex-Posados" vive única y exclusivamente de los golpes de fotogenia y glamour fuera del tiesto que venden sus preciosos protagonistas, atrapados sin salida en una terrible comedia de acción con menos atractivo que un drama metafísico de Uwe Boll. Aniston anda a su bola, haciendo lo que mejor sabe; posar y hacerse invisible confundiéndonos y despistándonos, amtizando sus interpretaciones al punto de hacernos inviable la misión de distinguir unas películas de otras.

Ella está cómoda en el rol, nosotros no la echamos de menos en ningún otro sitio, y todos contentos.Que Aniston es tradicional marca de cine malo es tan cierto como que, preocupantemente, Gerard Butler también. Su querencia irracional y contraproducente por el cine romántico de tercera (véanse "Posdata: te quiero" o la punible "La cruda realidad") comienza a dejar secuelas. Ambos coquetean y hacen el indio en el lío de un enredo que quiere ser también thriller y cine de acción, pero en formato desatroso, esgrimiendo chistes de pincel muy grueso, marrullerías narrativas toscas, torpemente retorcidas y previsibles. Simplemente no hay por donde cogerla. "Exposados" es una comedia light, anémica y chapucera. Y punto.

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