Crítica:
Músculo y ruido sin ton ni son en una película que, como no podía ser de otro modo, piensa con una única neurona
- Autor:
Roberto Piorno
- Fecha:
Lo mejor:
La espectacular persecución final
Lo peor:
Su vocacional estrechez conceptual
Valoración GDO
Valoración usuarios
- Género: Acción
- Fecha de estreno: 29/04/2011
- Director:
Justin Lin
- Actores:
Vin Diesel (Dom Toretto), Paul Walker (Brian O’Conner), Dwayne Johnson (Luke Hobbs), Jordana Brewster (Mia Toretto), Tyrese Gibson (Roman), Elsa Pataky (Elena), Chris "Ludacris" Bridges (Tej), Joaquim de Almeida (Hernan Reyes)
- Nacionalidad y año de producción:
EE.UU.,
2011
- Calificación: No recomendada menores de 12 años
Justin Lin, director de la tercera y cuarta entregas de la franquicia, demuestra o confirma dos cosas; que a mayor velocidad y potencia, menor volumen de neuronas, y que quintas partes nunca fueron, son ni serán buenas. Apología del ruido sin contexto, enésima exposición-escaparate de bólidos que carga el diablo y mujeres de curvas privilegiadas, A todo gas 5 tiene la misma profundidad conceptual que un anuncio de coches; es decir, que no tiene guión que explota las debilidades masculinas más primitivas y más primarias sin ninguna clase de pudor.
Pero los tíos somos seres de naturaleza simple, y el éxito de la saga en cuestión es un cristalino ejemplo de ello. Lin no se despeina, no se come el coco ni se anda por las ramas; sus guionistas son perezosos, y lo más que se vislumbra es un tratamiento resumible en medio folio que, para más inri, es un refrito no camuflado de los ínfimos porqués de las cuatro películas precedentes. Es decir, que el producto resultante está más cerca del circo que del cine; obviamente todo se reduce a un puñado de inyecciones de adrenalina automovilística, a una colección de secuencias de acción mejor o peor coreografiadas sin relación causa-efecto, sin señuelos dramáticos por lo bajini.
Entre tanto volantazo se filtran algunas secuencias meritorias para amantes de la velocidad punta pura y simple: la persecución final es el demonio, aunque se nos nieguen los mínimos narrativos más exiguos y elementales. En el fondo importa poco; el público potencial de este espídico pedazo de celuloide sabe de sobra lo que le venden por el precio de la entrada; y nadie tropieza cinco veces con la misma piedra. Conclusión: esta reseña no tiene quien la lea.
- Autor: Roberto Piorno
- Fecha:

Lo mejor:
La espectacular persecución final
Lo peor:
Su vocacional estrechez conceptual
Valoración usuarios
- Género: Acción
- Fecha de estreno: 29/04/2011
- Director: Justin Lin
- Actores: Vin Diesel (Dom Toretto), Paul Walker (Brian O’Conner), Dwayne Johnson (Luke Hobbs), Jordana Brewster (Mia Toretto), Tyrese Gibson (Roman), Elsa Pataky (Elena), Chris "Ludacris" Bridges (Tej), Joaquim de Almeida (Hernan Reyes)
- Nacionalidad y año de producción: EE.UU., 2011
- Calificación: No recomendada menores de 12 años
Justin Lin, director de la tercera y cuarta entregas de la franquicia, demuestra o confirma dos cosas; que a mayor velocidad y potencia, menor volumen de neuronas, y que quintas partes nunca fueron, son ni serán buenas. Apología del ruido sin contexto, enésima exposición-escaparate de bólidos que carga el diablo y mujeres de curvas privilegiadas, A todo gas 5 tiene la misma profundidad conceptual que un anuncio de coches; es decir, que no tiene guión que explota las debilidades masculinas más primitivas y más primarias sin ninguna clase de pudor.
Pero los tíos somos seres de naturaleza simple, y el éxito de la saga en cuestión es un cristalino ejemplo de ello. Lin no se despeina, no se come el coco ni se anda por las ramas; sus guionistas son perezosos, y lo más que se vislumbra es un tratamiento resumible en medio folio que, para más inri, es un refrito no camuflado de los ínfimos porqués de las cuatro películas precedentes. Es decir, que el producto resultante está más cerca del circo que del cine; obviamente todo se reduce a un puñado de inyecciones de adrenalina automovilística, a una colección de secuencias de acción mejor o peor coreografiadas sin relación causa-efecto, sin señuelos dramáticos por lo bajini.
Entre tanto volantazo se filtran algunas secuencias meritorias para amantes de la velocidad punta pura y simple: la persecución final es el demonio, aunque se nos nieguen los mínimos narrativos más exiguos y elementales. En el fondo importa poco; el público potencial de este espídico pedazo de celuloide sabe de sobra lo que le venden por el precio de la entrada; y nadie tropieza cinco veces con la misma piedra. Conclusión: esta reseña no tiene quien la lea.