Crítica:
Química de largo recorrido
- Autor:
Roberto Piorno
- Fecha:
Lo mejor:
La impagable química entre los dos protagonistas
Lo peor:
Vive descaradamente de las rentas
Valoración GDO
Valoración usuarios
- Género: Comedia
- Fecha de estreno: 22/08/2014
- Director:
Phil Lord, Christopher Miller
- Actores:
Jonah Hill (Schmidt), Channing Tatum (Jenko), Peter Stormare (The Ghost), Wyatt Russell (Zook), Amber Stevens (Maya), Jillian Bell (Mercedes), Ice Cube (Capitán Dickson), The Lucas Brothers (Keith y Kenny Yang), Nick Offerman (jefe segundo Hardy), Jimmy Tatro (Rooster), Caroline Aaron (Annie Schmidt), Craig Roberts (Spencer), Marc Evan Jackson (Dr. Murphy), Joe Chrest (David Schmidt)
- Nacionalidad y año de producción:
EE.UU.,
2014
- Calificación: No recomendada menores de 16 años
Si algo funciona para qué cambiarlo. Pues eso. Más allá de las virtudes de
Infiltrados en clase, que las tenía y muchas, un ingrediente la distanciaba de la morralla americana del mismo pelaje. No prestabas demasiada atención a las torpezas de un guion que oscilaba entre lo brillante y lo vulgar con una agilidad pasmosa. La clave de bóveda era la química imposible entre sus dos actores protagonistas.
Jonah Hill, un tipo capaz de hacer que te tronches sin mover un músculo de la cara, y un
Channing Tatum por el que nadie habría dado un céntimo como actor de comedia, menos aún aguantando el tipo ante un tipo tan carismático como Hill. Lo lograba, y cómo. Tanto como para dar cuerda y vidilla a una segunda entrega que no oculta la pereza del machacón planteamiento. Sí, es un más de lo mismo pero en versión college, y la sensación es que no se han roto el cráneo ingeniando ideas para el guion.
Básicamente puede leerse como un montaje de descartes, de ideas que quedaron en el cajón en la primera entrega (aunque, seamos justos, funcionan igual de bien o mejor que entonces) reciclados aquí en torno a una intriga de campus per se absolutamente irrelevante. Pero esa inconsistencia argumental no tiene demasiada importancia. Resiste las comparaciones con el primer episodio, cierto, pero con el hándicap de que todo suena a estribillo viejo.
Dos horas más de cachondeo en torno a Jenko y Schmidt, eso es
Infiltrados en la Universidad, secuela de esas que no arriesga lo más mínimo, y que es consciente haber encontrado una mina en el buen feeling entre los dos protas. Ellos sostienen el cotarro, ellos y los delirantes golpes de humor absurdo que jalonan un metraje que vuelve a moverse a impulsos, entre empujones de genialidad y estereotipos bien llevados de buddy movie gamberra e insolente, logrando que la entente a dos bandas funcione, si cabe, mejor que en el episodio precedente.
Abundan los gags cachondos, el ritmo de la comedia es muy vivo, la película nunca encalla. No cabe duda de que si te gustó la primera no tienes motivos para no entrar al trapo otra vez.
Infiltrados en la Universidad es una secuela de relleno, cómoda en las rentas del pasado, plagada de secuencias de acción idiotas, pero el relleno es sabroso, las rentas aún colean y la idiotez crónica es, paradójicamente, uno de los grandes activos-virtudes del producto. Es decir, que si esperabas un paso más, una evolución en la franquicia o algo así una vuelta de tuerca, por aquí ni rastro. Si te conformas con el eco de la primera película, con la insistencia en la vieja fórmula sabiendo que Hill y Tatum siguen siendo los amos y que la munición cómica es tan jugosa o más que en el periplo por primaria, no querrás que te devuelvan la pasta.
- Autor: Roberto Piorno
- Fecha:

Lo mejor:
La impagable química entre los dos protagonistas
Lo peor:
Vive descaradamente de las rentas
Valoración usuarios
- Género: Comedia
- Fecha de estreno: 22/08/2014
- Director: Phil Lord, Christopher Miller
- Actores: Jonah Hill (Schmidt), Channing Tatum (Jenko), Peter Stormare (The Ghost), Wyatt Russell (Zook), Amber Stevens (Maya), Jillian Bell (Mercedes), Ice Cube (Capitán Dickson), The Lucas Brothers (Keith y Kenny Yang), Nick Offerman (jefe segundo Hardy), Jimmy Tatro (Rooster), Caroline Aaron (Annie Schmidt), Craig Roberts (Spencer), Marc Evan Jackson (Dr. Murphy), Joe Chrest (David Schmidt)
- Nacionalidad y año de producción: EE.UU., 2014
- Calificación: No recomendada menores de 16 años
Si algo funciona para qué cambiarlo. Pues eso. Más allá de las virtudes de Infiltrados en clase, que las tenía y muchas, un ingrediente la distanciaba de la morralla americana del mismo pelaje. No prestabas demasiada atención a las torpezas de un guion que oscilaba entre lo brillante y lo vulgar con una agilidad pasmosa. La clave de bóveda era la química imposible entre sus dos actores protagonistas. Jonah Hill, un tipo capaz de hacer que te tronches sin mover un músculo de la cara, y un Channing Tatum por el que nadie habría dado un céntimo como actor de comedia, menos aún aguantando el tipo ante un tipo tan carismático como Hill. Lo lograba, y cómo. Tanto como para dar cuerda y vidilla a una segunda entrega que no oculta la pereza del machacón planteamiento. Sí, es un más de lo mismo pero en versión college, y la sensación es que no se han roto el cráneo ingeniando ideas para el guion.
Básicamente puede leerse como un montaje de descartes, de ideas que quedaron en el cajón en la primera entrega (aunque, seamos justos, funcionan igual de bien o mejor que entonces) reciclados aquí en torno a una intriga de campus per se absolutamente irrelevante. Pero esa inconsistencia argumental no tiene demasiada importancia. Resiste las comparaciones con el primer episodio, cierto, pero con el hándicap de que todo suena a estribillo viejo.
Dos horas más de cachondeo en torno a Jenko y Schmidt, eso es Infiltrados en la Universidad, secuela de esas que no arriesga lo más mínimo, y que es consciente haber encontrado una mina en el buen feeling entre los dos protas. Ellos sostienen el cotarro, ellos y los delirantes golpes de humor absurdo que jalonan un metraje que vuelve a moverse a impulsos, entre empujones de genialidad y estereotipos bien llevados de buddy movie gamberra e insolente, logrando que la entente a dos bandas funcione, si cabe, mejor que en el episodio precedente.
Abundan los gags cachondos, el ritmo de la comedia es muy vivo, la película nunca encalla. No cabe duda de que si te gustó la primera no tienes motivos para no entrar al trapo otra vez. Infiltrados en la Universidad es una secuela de relleno, cómoda en las rentas del pasado, plagada de secuencias de acción idiotas, pero el relleno es sabroso, las rentas aún colean y la idiotez crónica es, paradójicamente, uno de los grandes activos-virtudes del producto. Es decir, que si esperabas un paso más, una evolución en la franquicia o algo así una vuelta de tuerca, por aquí ni rastro. Si te conformas con el eco de la primera película, con la insistencia en la vieja fórmula sabiendo que Hill y Tatum siguen siendo los amos y que la munición cómica es tan jugosa o más que en el periplo por primaria, no querrás que te devuelvan la pasta.