Crítica:
Recital de Annette Bening al servicio de una ingeniosa comedia que cuestiona con discutible estrategia el modelo tradicional de familia
- Autor:
Roberto Piorno
- Fecha:
Lo mejor:
Annette Bening
Lo peor:
Que sea reivindicativa sólo de boquilla
Valoración GDO
Valoración usuarios
- Género: Comedia dramática
- Fecha de estreno: 25/02/2011
- Director:
Lisa Cholodenko
- Actores:
Annette Bening (Nic), Julianne Moore (Jules), Mark Ruffalo (Paul), Mia Wasikowska (Joni), Josh Hutcherson (Laser), Yaya DaCosta (Tanya), Kunal Sharma (Jai), Eddie Hassell (Clay)
- Nacionalidad y año de producción:
EE.UU.,
2010
- Calificación: No recomendada menores de 12 años
El mal llamado indie americano (mal llamado porque sigue siendo americano pero no indie) recoge de la gran industria aquellos guiones que por su insolencia ética, por su cuestionamiento abierto (no siempre) de las estructuras sacrosantas que sostienen la normalidad de la mayoritaria clase media, no encajan en el cuadro mainstream. Los chicos están bien milita en ese bando y exhibe la ambivalencia tradicional en esta clase de producciones a caballo entre dos mundos; por un lado Lisa Cholodenko se esmera en denunciar la hipocresía aquella que discrimina la ruptura de la norma: su película es una sonora bofetada a los clichés de la familia modelo y cristiana, cine que cuestiona el modelo imperante de familia estándar y que sugiere, con coraje, que es hora de sortear el muro y asumir que la familia, como institución, es un ente en movimiento y transición guste o no a quienes no suelen gustarle estas cosas.
El problema es que el barniz reivindicativo es postizo; Los chicos están bien reivindica dinamitar la normalidad solamente para fabricar el espejismo de otra normalidad igualmente alienante. Su película derrocha inteligencia emocional atrancada en un enredo de género muy logrado, pero el paso de los minutos le invita a quitarse la careta; a la larga Cholodenko incurre en los mil estereotipos representativos del hecho gay en que sistemáticamente incurre el cine comercial "heterosexual"; la normalidad contra la que lucha a brazo partido la pareja protagonista es exactamente la misma que acaban instalando en sus vidas; Cholodenko apuesta por una vehemencia reivindicativa tan apresurada y monolítica que su película acaba ovacionando los mismos modelos de exclusión que denuncia pero a la inversa.
En esa incómoda paradoja Los chicos están bien se cae con casi todo el equipo; su independencia es de pega y su vocación moralista cojea del mismo pie del que cojean casi todas las películas independientes (entre comillas) de nueva generación: denuncia fogosa de las convenciones matizada por un desenlace tramposo que abraza precisamente esas mismas convenciones.
Queda la rítmica viva de una comedia notable hasta el último acto, genuina durante un buen rato, engalanada por una enorme Annette Bening, en la piel de una tiránica cabeza de familia, controladora y dogmática, a la que con enorme oficio dan réplica Julianne Moore y Mark Ruffalo; su progresismo de boquilla le hace enorme daño, pero no entierra del todo sus incontestables virtudes.
- Autor: Roberto Piorno
- Fecha:

Lo mejor:
Annette Bening
Lo peor:
Que sea reivindicativa sólo de boquilla
Valoración usuarios
- Género: Comedia dramática
- Fecha de estreno: 25/02/2011
- Director: Lisa Cholodenko
- Actores: Annette Bening (Nic), Julianne Moore (Jules), Mark Ruffalo (Paul), Mia Wasikowska (Joni), Josh Hutcherson (Laser), Yaya DaCosta (Tanya), Kunal Sharma (Jai), Eddie Hassell (Clay)
- Nacionalidad y año de producción: EE.UU., 2010
- Calificación: No recomendada menores de 12 años
El mal llamado indie americano (mal llamado porque sigue siendo americano pero no indie) recoge de la gran industria aquellos guiones que por su insolencia ética, por su cuestionamiento abierto (no siempre) de las estructuras sacrosantas que sostienen la normalidad de la mayoritaria clase media, no encajan en el cuadro mainstream. Los chicos están bien milita en ese bando y exhibe la ambivalencia tradicional en esta clase de producciones a caballo entre dos mundos; por un lado Lisa Cholodenko se esmera en denunciar la hipocresía aquella que discrimina la ruptura de la norma: su película es una sonora bofetada a los clichés de la familia modelo y cristiana, cine que cuestiona el modelo imperante de familia estándar y que sugiere, con coraje, que es hora de sortear el muro y asumir que la familia, como institución, es un ente en movimiento y transición guste o no a quienes no suelen gustarle estas cosas.
El problema es que el barniz reivindicativo es postizo; Los chicos están bien reivindica dinamitar la normalidad solamente para fabricar el espejismo de otra normalidad igualmente alienante. Su película derrocha inteligencia emocional atrancada en un enredo de género muy logrado, pero el paso de los minutos le invita a quitarse la careta; a la larga Cholodenko incurre en los mil estereotipos representativos del hecho gay en que sistemáticamente incurre el cine comercial "heterosexual"; la normalidad contra la que lucha a brazo partido la pareja protagonista es exactamente la misma que acaban instalando en sus vidas; Cholodenko apuesta por una vehemencia reivindicativa tan apresurada y monolítica que su película acaba ovacionando los mismos modelos de exclusión que denuncia pero a la inversa.
En esa incómoda paradoja Los chicos están bien se cae con casi todo el equipo; su independencia es de pega y su vocación moralista cojea del mismo pie del que cojean casi todas las películas independientes (entre comillas) de nueva generación: denuncia fogosa de las convenciones matizada por un desenlace tramposo que abraza precisamente esas mismas convenciones.
Queda la rítmica viva de una comedia notable hasta el último acto, genuina durante un buen rato, engalanada por una enorme Annette Bening, en la piel de una tiránica cabeza de familia, controladora y dogmática, a la que con enorme oficio dan réplica Julianne Moore y Mark Ruffalo; su progresismo de boquilla le hace enorme daño, pero no entierra del todo sus incontestables virtudes.