Jana es una niña de 8 años espabilada y fuerte que espera impaciente la llegada de la Navidad. Su madre está pasando un momento difícil, sufre depresión y necesita un descanso, así que decide enviarla a pasar unos días con su abuela. Contra todo pronóstico, las vacaciones acabarán siendo toda una aventura en la que hará nuevos amigos: Sonia, Leo y Clocló, un habitante del bosque y aprenderá cómo puede ayudar a su madre.

Violeta, una niña huérfana de 8 años, se ve obligada a vivir con su tío Regis, que trabaja como conserje nada menos que en el palacio de Versalles. A Violeta no le hace ninguna gracia su tío: es grande como un oso, fastidioso y huele mal; y cuidar a Violeta tampoco entraba en los planes de Regis. Sin embargo, no tendrán más remedio que aprender a aceptarse, convivir y quererse.

Hugo de Faucompret es el guionista y director de Mamá es pura lluvia, el primero de los cortos que conforman este díptico que enseña a los más pequeños de la casa a gestionar sus emociones. Esta historia habla sobre la depresión desde un punto de vista fácil de entender, a través de una fábula llena de vida, y dibujada con pincel al estilo tradicional, que destaca la importancia de disfrutar de pequeños placeres como la comida o la música. Por su parte, Nathaniel Hlimi y Clémence Madeleine-Perdrillat se ponen a los mandos del segundo, Mi vida en Versalles, un cuento de hadas realista y conmovedor sobre la pérdida que comparte con la producción de Faucompret temas como la paciencia, la comprensión y el respeto hacia los adultos o los seres queridos, así como el valor de las segundas oportunidades. Intérpretes como Céline Sallette ( Un acuerdo original), Yolande Moreau ( Manual de la buena esposa) y Frédéric Pierrot ( Madre) aportan sus voces en la versión original.