Crítica:
Irregular parodia del cine de agente secreto de los 60 cuyo mejor activo es la elegancia retro de fotografía y diseño de producción
- Autor:
Roberto Piorno
- Fecha:
Lo mejor:
El diseño de producción
Lo peor:
Es un chiste demasiado largo
Valoración GDO
Valoración usuarios
- Género: Comedia
- Fecha de estreno: 05/02/2010
- Director:
Michel Hazanavicius
- Actores:
Jean Dujardin (Hubert Bonisseur de La Bath / OSS 117), Louise Monot (Dolorès Koulechov), Rüdiger Vogler (Von Zimmel), Alex Lutz (Heinrich), Reem Kherici (Carlotta), Pierre Bellemare (Lesignac), Ken Samuels (Trumendous), Serge Hazanavicius (Staman)
- Nacionalidad y año de producción:
Bélgica, Francia,
2009
- Calificación: Todos los públicos
Más próximo en modus operandi al Superagente 86 que al infalible Bond, James Bond, referente estético que no conceptual de la nueva película de Michel Hazanavicius, Hubert Bonisseur es un cantamañanas de peinado a raya con muy poca clase nacido de la pluma de Jean Bruce, un perfecto desconocido fuera de las fronteras del país vecino. Con alguna cana más que 007 en virtud de su antigüedad en el servicio (Bonisseur ya existía cuando Ian Fleming dio vida a Bond por vez primera), el desastroso agente secreto al servicio de la República Francesa se presenta en sociedad en la pantalla grande con aura de tipo anacrónico, rescatando un modelo de comedia de acción harto superada y con fecha de caducidad pasada. Saludada con un buen puñado de nominaciones a los César, la cinta de Hazanavicius es poco más que unos gramos de carnaza para nostálgicos del viejo cine de espías y servicios secretos con glamour y ropa cara, tan digno como olvidable, tan deslumbrante en la estética como obsoleto en la ética.
El mejor hallazgo de "OSS 117" es el juego de emulación, el fenomenal trabajo de diseño de producción y fotografía que restaura el acabado retro y añejo del cine de acción de los años 60, que emula casi al milímetro atmósfera y textura de las películas de Bond/Connery de la primera hornada, con un punto y medio de parodia con salidas cómicas de muy desigual pegada. Como caricatura fósil de ese cine y esa televisión ubicada en exóticos países infestados de espías y agentes gubernamentales de oscuros propósitos, la propuesta de Hazanavicius tiene su aquel. Lo tendrá también para el público francés versado en las andanzas del susodicho agente pre Bond. Ahora bien, es ésta la clásica película que extraída de su natural contexto geográfico queda irremediablemente castrada y mutilada, descontextualizada de la fuente del homenaje.
- Autor: Roberto Piorno
- Fecha:

Lo mejor:
El diseño de producción
Lo peor:
Es un chiste demasiado largo
Valoración usuarios
- Género: Comedia
- Fecha de estreno: 05/02/2010
- Director: Michel Hazanavicius
- Actores: Jean Dujardin (Hubert Bonisseur de La Bath / OSS 117), Louise Monot (Dolorès Koulechov), Rüdiger Vogler (Von Zimmel), Alex Lutz (Heinrich), Reem Kherici (Carlotta), Pierre Bellemare (Lesignac), Ken Samuels (Trumendous), Serge Hazanavicius (Staman)
- Nacionalidad y año de producción: Bélgica, Francia, 2009
- Calificación: Todos los públicos
Más próximo en modus operandi al Superagente 86 que al infalible Bond, James Bond, referente estético que no conceptual de la nueva película de Michel Hazanavicius, Hubert Bonisseur es un cantamañanas de peinado a raya con muy poca clase nacido de la pluma de Jean Bruce, un perfecto desconocido fuera de las fronteras del país vecino. Con alguna cana más que 007 en virtud de su antigüedad en el servicio (Bonisseur ya existía cuando Ian Fleming dio vida a Bond por vez primera), el desastroso agente secreto al servicio de la República Francesa se presenta en sociedad en la pantalla grande con aura de tipo anacrónico, rescatando un modelo de comedia de acción harto superada y con fecha de caducidad pasada. Saludada con un buen puñado de nominaciones a los César, la cinta de Hazanavicius es poco más que unos gramos de carnaza para nostálgicos del viejo cine de espías y servicios secretos con glamour y ropa cara, tan digno como olvidable, tan deslumbrante en la estética como obsoleto en la ética.
El mejor hallazgo de "OSS 117" es el juego de emulación, el fenomenal trabajo de diseño de producción y fotografía que restaura el acabado retro y añejo del cine de acción de los años 60, que emula casi al milímetro atmósfera y textura de las películas de Bond/Connery de la primera hornada, con un punto y medio de parodia con salidas cómicas de muy desigual pegada. Como caricatura fósil de ese cine y esa televisión ubicada en exóticos países infestados de espías y agentes gubernamentales de oscuros propósitos, la propuesta de Hazanavicius tiene su aquel. Lo tendrá también para el público francés versado en las andanzas del susodicho agente pre Bond. Ahora bien, es ésta la clásica película que extraída de su natural contexto geográfico queda irremediablemente castrada y mutilada, descontextualizada de la fuente del homenaje.