Crítica:
La extraña pareja
- Autor:
Roberto Piorno
- Fecha:
Lo mejor:
La excepcional pareja protagonista
Lo peor:
Ciertas, inevitables y muy contadas, concesiones al sentimentalismo
Valoración GDO
Valoración usuarios
- Género: Acción
- Fecha de estreno: 28/02/2014
- Director:
Stephen Frears
- Actores:
Judi Dench (Philomena), Steve Coogan (Martin Sixsmith), Sophie Kennedy Clark (Philomena de joven), Mare Winningham (Mary), Barbara Jefford (hermana Hildegarde), Ruth McCabe (madre Barbara), Peter Hermann (Pete Olsson), Sean Mahon (Michael), Anna Maxwell Martin (Jane), Michelle Fairley (Sally Mitchell), Charlie Murphy (Kathleen)
- Nacionalidad y año de producción:
Reino Unido, EE.UU.,
2013
- Calificación: Todos los públicos
El cotidiano infierno de los conventos-orfanato irlandeses en la posguerra, en el que se hacinaban adolescentes de familia católica repudiadas por familia y sociedad por haber ofendido a Dios practicando sexo, cobró forma, en toda su crudeza, en la siniestra y sobrecogedora Las hermanas de la Magdalena de Peter Mullan. Stephen Frears vuelve a ese universo de tinieblas y moralidad retorcida para dar cuenta de la historia de una de esas niñas, cuyo hijo ilegítimo fue vendido a una pudiente familia estadounidense, y que pasó cincuenta años buscando sin éxito el rastro de su retoño, que ese demencial sistema de purga gore del pecado le había arrebatado ilegalmente.
Lo fácil era que Philomena cuajara en melodrama a pecho descubierto, en gran tragedia social materializada en el caso concreto de una mujer cuyo drama era, no hay duda, carne de telefilme de sobremesa. Pero Steve Coogan, además de un magnífico actor, es un guionista inteligente, y Stephen Frears no es un cronista de historias de "interés humano" de tres al cuarto. El triunfo de Philomena radica en la habilidad del tandem Coogan-Frears para enjuagar la tragedia, desposeyéndola de sus aristas más impúdicamente sentimentales, matizando el drama bajo un encantador sustrato de comedia situacional on the road, forjada en la colisión de carácteres entre dos personajes aparentemente incompatibles.
Frears construye hábilmente la relación entre la entrañable anciana, cristiana ejemplar e incorregible charlatana, y el periodista huraño, cínico y de vuelta de todo, que observa la realidad desde una atalaya de desencanto incurable. Es la interacción entre los dos elementos de la extraña pareja la clave de bóveda de este drama que se disfraza de comedia sin reparos, para matizar la descarnada naturaleza de un drama con todo, muy bien resuelto. Es posible que Philomena sea un melodrama de tapadillo, pero hubo un tiempo en que melodrama era un género cinematográfico y no un insulto.
Si lo es, y es posible que lo sea (al fin y al cabo el propósito de Frears es removernos las vísceras y llegarnos al corazón enfatizando sentimientos), es un melodrama de los buenos. No uno especialmente genuino, al fin y al cabo el argumento de los niños robados, vendidos o secuestrados está muy manido, y también las redenciones individuales o corales on the road, pero Philomena es una película con indiscutible encanto, que sabe jugar muy bien su mejor baza: la química irresistible entre dos actores superlativos que constituyen una sociedad perfecta y, sin duda, una de las grandes parejas cinematográficas del año.
- Autor: Roberto Piorno
- Fecha:

Lo mejor:
La excepcional pareja protagonista
Lo peor:
Ciertas, inevitables y muy contadas, concesiones al sentimentalismo
Valoración usuarios
- Género: Acción
- Fecha de estreno: 28/02/2014
- Director: Stephen Frears
- Actores: Judi Dench (Philomena), Steve Coogan (Martin Sixsmith), Sophie Kennedy Clark (Philomena de joven), Mare Winningham (Mary), Barbara Jefford (hermana Hildegarde), Ruth McCabe (madre Barbara), Peter Hermann (Pete Olsson), Sean Mahon (Michael), Anna Maxwell Martin (Jane), Michelle Fairley (Sally Mitchell), Charlie Murphy (Kathleen)
- Nacionalidad y año de producción: Reino Unido, EE.UU., 2013
- Calificación: Todos los públicos
El cotidiano infierno de los conventos-orfanato irlandeses en la posguerra, en el que se hacinaban adolescentes de familia católica repudiadas por familia y sociedad por haber ofendido a Dios practicando sexo, cobró forma, en toda su crudeza, en la siniestra y sobrecogedora Las hermanas de la Magdalena de Peter Mullan. Stephen Frears vuelve a ese universo de tinieblas y moralidad retorcida para dar cuenta de la historia de una de esas niñas, cuyo hijo ilegítimo fue vendido a una pudiente familia estadounidense, y que pasó cincuenta años buscando sin éxito el rastro de su retoño, que ese demencial sistema de purga gore del pecado le había arrebatado ilegalmente.
Lo fácil era que Philomena cuajara en melodrama a pecho descubierto, en gran tragedia social materializada en el caso concreto de una mujer cuyo drama era, no hay duda, carne de telefilme de sobremesa. Pero Steve Coogan, además de un magnífico actor, es un guionista inteligente, y Stephen Frears no es un cronista de historias de "interés humano" de tres al cuarto. El triunfo de Philomena radica en la habilidad del tandem Coogan-Frears para enjuagar la tragedia, desposeyéndola de sus aristas más impúdicamente sentimentales, matizando el drama bajo un encantador sustrato de comedia situacional on the road, forjada en la colisión de carácteres entre dos personajes aparentemente incompatibles.
Frears construye hábilmente la relación entre la entrañable anciana, cristiana ejemplar e incorregible charlatana, y el periodista huraño, cínico y de vuelta de todo, que observa la realidad desde una atalaya de desencanto incurable. Es la interacción entre los dos elementos de la extraña pareja la clave de bóveda de este drama que se disfraza de comedia sin reparos, para matizar la descarnada naturaleza de un drama con todo, muy bien resuelto. Es posible que Philomena sea un melodrama de tapadillo, pero hubo un tiempo en que melodrama era un género cinematográfico y no un insulto.
Si lo es, y es posible que lo sea (al fin y al cabo el propósito de Frears es removernos las vísceras y llegarnos al corazón enfatizando sentimientos), es un melodrama de los buenos. No uno especialmente genuino, al fin y al cabo el argumento de los niños robados, vendidos o secuestrados está muy manido, y también las redenciones individuales o corales on the road, pero Philomena es una película con indiscutible encanto, que sabe jugar muy bien su mejor baza: la química irresistible entre dos actores superlativos que constituyen una sociedad perfecta y, sin duda, una de las grandes parejas cinematográficas del año.