André Dussollier

Para André Dussollier, la vocación nunca fue un enigma. Siempre, desde crío, supo que quería dedicarse a la interpretación. Dio sus primeros pasos en el colegio y tras un fallido intento de cursar la carrera de Lenguas Modernas en Grenoble, decidió poner rumbo a París para hacer realidad su sueño de una vez por todas. Estudió a las órdenes de Jean Perimony antes de lograr plaza en el Conservatorio. Su estrella comenzó a brillar enrolándose en la legendaria Comédie-Française. En 1972 debuta en la gran pantalla a la sombra de Truffaut en el filme Una chica tan decente como yo. Desde entonces compagina teatro y cine, consolidándose película a película como uno de los grandes del cine francés. El reconocimiento, no obstante, no llegó hasta los 90 cuando logró el Cesar a mejor actor protagonista por Un corazón en invierno, On connait la chanson o El pabellón de los oficiales. Ha seguido al pie del cañón hasta la fecha gracias a filmes como Amelie, Agentes secretos, Micmacs, Diplomacia, La bella y la bestia, Tres recuerdos de mi juventud, Grandes familias, A fondo, Una pequeña mentira y a los últimos trabajos de Alain Resnais: Las malas hierbas y Amar, beber y cantar.