Norman Briski

Natural de Ciudad de Santa Fe, pero criado en Córdoba, Norman Briski comenzó a desarrollar un vivo interés por el mundo de la interpretación siendo aún un crío. A mediados de los 50, sin haber cumplido aún los 18, inició su andadura profesional en el mundo del teatro. Brilló como intérprete teatral y televisivo, pero no tuvo tiempo de triunfar en la gran pantalla, ya que en 1975 se vio obligado a emprender el camino del exilio con destino a España huyendo de la dictadura. Triunfó aquí a las órdenes de Carlos Saura en Elisa vida mía o Mamá cumple cien años, entre otras, antes de regresar a su país natal en 1983, recuperando el tiempo perdido gracias a películas como La peste, El astillero, La mirada de Clara, Betibú o Me casé con un boludo, entre otras. Es uno de los grandes secundarios del cine argentino y, además, uno de los actores más activos políticamente en la actualidad.