Crítica:
El mítico salmón del Sella
- Autor:
- Fecha: 26/04/2006
El primer ejemplar del año vuelve a ser trofeo de Casa Parrondo, embajada asturiana en Madrid
El evento supremo de la pesca fluvial en España es la captura del campanu en Asturias. Así se denomina al primer salmón atrapado en los ríos asturianos, en un peregrinaje regulado por las fechas de tolerancia de la veda del salmón, que comienza al filo de abril y termina en julio. Está datado por el Gremio de Mareantes que, en el siglo XVIII, en el Sella capturaban 12.000 salmones y cien años después apenas 1.500. Durante mucho tiempo el salmón fundamentó la alimentación de los habitantes de la comarca hasta el punto de regularse su pesca para evitar su extinción. Todavía hoy, sólo en Asturias, se capturan más salmones que en el resto de la península ibérica, aunque ahora no se supere el centenar de capturas. Es tradición que el campanu sea adquirido por una fuerte suma de dinero en subasta pública y sirva como plataforma para que algún hostelero brinde un convite a personajes célebres. Este año, Nicolás Parrondo ha batido por segunda vez el record en la subasta del campanu, pagando 16.200 euros por el primer salmón del año, el precio de un símbolo y de la repercusión que lo acompaña, puesto que el mérito reside únicamente en ser el primero. Como se comprueba en la galería fotográfica de la sidrería, Nicolás hace gala de buen número de amistades notorias, muchas de ellas, probablemente, conquistadas por su afecto al salmón de temporada.
Las Casas de Parrondo coexisten en la misma calle, frente a frente, sidrería y restorán son la esencia urbana de los mesones del Principado en plena zona de transito frecuente, próximo a las Descalzas. Parrondo combina especialidades gallegas y asturianas en justo desequilibrio quizás hacia la abundante oferta gastronómica de Galicia. Crustáceos, bivalvos y pescados son las especialidades de la casa, eso sí, bien regadas con sidra. Y durante la temporada de salmón, es uno de los pocos establecimientos donde existe la oportunidad de catar el auténtico salmón fresco del Sella, un sabor casi olvidado, con el auge de las piscifactorías.
Luis Cepeda
Fecha de publicación de esta crítica: 28/04/2006
- Autor:
- Fecha: 26/04/2006
El primer ejemplar del año vuelve a ser trofeo de Casa Parrondo, embajada asturiana en Madrid

El evento supremo de la pesca fluvial en España es la captura del campanu en Asturias. Así se denomina al primer salmón atrapado en los ríos asturianos, en un peregrinaje regulado por las fechas de tolerancia de la veda del salmón, que comienza al filo de abril y termina en julio. Está datado por el Gremio de Mareantes que, en el siglo XVIII, en el Sella capturaban 12.000 salmones y cien años después apenas 1.500. Durante mucho tiempo el salmón fundamentó la alimentación de los habitantes de la comarca hasta el punto de regularse su pesca para evitar su extinción. Todavía hoy, sólo en Asturias, se capturan más salmones que en el resto de la península ibérica, aunque ahora no se supere el centenar de capturas. Es tradición que el campanu sea adquirido por una fuerte suma de dinero en subasta pública y sirva como plataforma para que algún hostelero brinde un convite a personajes célebres. Este año, Nicolás Parrondo ha batido por segunda vez el record en la subasta del campanu, pagando 16.200 euros por el primer salmón del año, el precio de un símbolo y de la repercusión que lo acompaña, puesto que el mérito reside únicamente en ser el primero. Como se comprueba en la galería fotográfica de la sidrería, Nicolás hace gala de buen número de amistades notorias, muchas de ellas, probablemente, conquistadas por su afecto al salmón de temporada.
Las Casas de Parrondo coexisten en la misma calle, frente a frente, sidrería y restorán son la esencia urbana de los mesones del Principado en plena zona de transito frecuente, próximo a las Descalzas. Parrondo combina especialidades gallegas y asturianas en justo desequilibrio quizás hacia la abundante oferta gastronómica de Galicia. Crustáceos, bivalvos y pescados son las especialidades de la casa, eso sí, bien regadas con sidra. Y durante la temporada de salmón, es uno de los pocos establecimientos donde existe la oportunidad de catar el auténtico salmón fresco del Sella, un sabor casi olvidado, con el auge de las piscifactorías.
Luis Cepeda
Fecha de publicación de esta crítica: 28/04/2006
Cucharadas de Principado
- 30/11/2005