Hay, por la zona de Ciudad Lineal, un sitio escondido que conoce mucha gente que trabaja en televisión. Pero lo tienen en silencio y no lo cuentan, jajaja. Y los del barrio presumen de él, pero "...que no salga de aquí, que se llena...", dicen.

Y es que San Nicolás -que así se llama, pero que no se entere nadie...- es un restaurante de precio excepcional y de buenísima calidad. Y como el propietario está al pie del cañón todo el día, el servicio es de los de "el cliente es lo que importa". ¡Viva el mimo al comensal!

¿Qué te parece un... arroz con carabineros? ¿A qué esperas? Veeee, remángate a gusto para chupetear las cabezas de estos crustáceos rojos y placenteros y no dejes de colocarte bien la servilleta al cuello para que ese arrocete no rediseñe tu camisa.

¿Eres más de bogavante, pillín? Pues entonces ¡desnúdate, hombre, porque te vas a poner ciego con el bicho completo! Para ti no se escatima nada...

Jesús, dueño y señor de este mesón, tiene algún secreto inconfesable para rematar la comida. Si es inconfesable no lo voy a escribir, ¿qué te crees que soy una chivata? jajaja. Es un poco afrodisíaco. ¡Qué bueno está por favor! Jesús noooooo. ¡El secretitoooo! Jajaja. Jesús, estás bien, eh. Pero yo tengo un gusto más parecido al que senté a mi derecha e hice ojitos el último día que fui.

Comer barato y bien es una realidad en Madrid. Solo hay que escuchar y no dejarse llevar siempre por lo nouveau o lo más cool o lo de moda. Hay un mundo gastronómico en la capital que no sale en los periódicos de continuo y en el que hay joyas sin altavoces. Así que, aquí va mi sugerencia para el 2013: rasquemos, probemos y demos sonido a las sonrisas contenidas de grandes empresarios de hostelería, como este, que no por no tener publicidad dejan de ser mejores que algunos más conocidos y reconocidos.

Un aplauso para todos aquellos que pienso rebuscar y alabar en un año crucial para salir a flote o… rendirse.

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